Bueno amigos y amigas, tengo ganas de escribir sobre lo
cotidiano, hoy mi mamá cocinó algo muy rico: papas con crema y queso. Las cortó en rodajas, las coció en agua en
una olla, luego las colocó en una bandeja de cristal para hornear, preparó
crema con cebolla y un toque de leche semi-descremada y lo vertió sobre las
papas, y para terminar le colocó trozos de queso gouda laminado en la
superficie. Luego lo llevó al horno a 170° por aproximadamente 20 minutos.
Quiero compartir lo siguiente: la primera vez que hizo esto,
le quedo muy bien. Pero este plato tenía algo distinto… tenía un toque de falta
de sal o de algún condimento.
Es un misterio no entiendo porque le quedó distinto si lo
hizo con los mismos ingredientes, tal vez fue la motivación mía por no querer
ir a comprar los ingredientes faltantes a la hora indicada, o tal vez fue su
pensamiento de que ahora le quedaría mucho mejor con una preparación distinta.
Es increíble que a veces nuestras disposiciones espirituales pueden influir
positiva o negativamente sobre el resultado de algún producto hecho por
nosotros en un momento dado, en una situación dada, utilizando los mismos
objetos
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